13/10/10

Silencios y palabras.

¿Alguna vez te has puesto a pensar sobre el valor de las palabras en la construcción de la vida de hogar, en la configuración de los moldes de amistad y de la propia comunidad en la que te desenvolves?
Normalmente esto no nos preocupa. Buscamos comunicarnos y nada más, a veces conscientes de lo que decimos y a menudo como reacción ante las palabras que escuchamos.
Pero si analizamos este contexto de lo que decimos, llegaremos a la conclusión del profundo valor que tiene aquel dicho de un sabio: EL HOMBRE ES EL DUEÑO DE SU SILENCIO Y ESCLAVO DE SUS PALABRAS.
Por eso, recuerda siempre que: callar sobre uno mismo, es humildad. Callar sobre los defectos de otros, es caridad.
Callar cuando se esta sufriendo, es heroísmo.
Callar cuando otro habla, es delicadeza.
Callar cuando no hay necesidad de hablar, es prudencia.
Callar ante el misterio que no entendemos, es sabiduría.
Callar ante el sufrimiento ajeno, es cobardía.
Callar ante la injusticia, es flaqueza.
Hablar de uno mismo, es vanidad.
Hablar debiendo callar, es necedad.
Hablar oportunamente, es acierto.
Hablar ante una injusticia, es valentía.
Hablar para defender, es compasión.
Hablar con sinceridad, es rectitud.
Hablar para rectificar, es un deber.
Aprendamos antes a callar, para poder hablar con acierto y tino, porque si la palabra es plata, el silencio es oro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me facinoooo esta muy bueno...
Me hace acordar a alguien que conosco que siempore habla y habla y no deja hablar XD